El desempeño de la economía mexicana debido a la ideología del capital y los modos de vida a demeritado la calidad de vida de la gente, sus capacidades de comer, trasladarse y otros derechos vitales en el ultimo sexenio sobre todo.
Tenemos gente en la calle de todas las edades ganando no mas de 5 mil pesos y solo un puñado de gente trabajando por un ingreso mas o menos razonable. Jamás se usaron los impuestos para lo establecido y se hicieron reformas innecesarias.
Han apretado a la gente con sus ideas entre universidades una supuesta forma de salir del hoyo y el capital dejando de lado el trabajo y el mal entendido sistema económico han generado muertes de mucha gente, por el descuido económico y social.
Reformas que hacen que la gente trabaje mas, disfrute menos y este en mas riesgos sociales.
La gente se ha vuelto a ejemplo del gobierno prepotente, ladrona y fraudulenta, y ha faltado a sus obligaciones a su vez.
Deforestación, explotación sin medida de los recursos naturales sin necesidad, matando animales, matando especies, desperdicio de alimentos, que ponen en riesgo el clima y la calidad de vida de la gente, nos apuntan a un panorama desolador.
A parte de la gran indiferencia que existe entre la gente que dice tener dinero para ofrecer empleos aunque sea pequeños y reinvertir esas grandes utilidades que ganan.
El método min-max tan usado en la economía basado en maximizar utilidades y minimizar costros lo cual significa que los costos como la mano de obra debe recibir una retribución mínima han generado este problema. Pero las grandes utilidades ya no se reinvierten y no generan empleo ni crecimiento económico.
Y poner una refinería ni pensarlo, es triste pero el país va de mal en peor al permitir la delincuencia e ir vendiendo poco a poco los recursos que son para el futuro y los recursos que permiten que se llene la casa, impuestos sobre gasolina y peajes increíbles que ya no permiten viajar.
¿Qué DE NUEVO HAY EN LA ECONOMIA MEXICANA?
viernes, 25 de mayo de 2018
jueves, 24 de mayo de 2018
La Economia
Desde siempre, la
Economía ha sido una preocupación de las sociedades; desde las
comunidades primitivas que buscaban su sustento en los bienes sin
procesar, hasta las actuales y complejas sociedades industriales,
incluyendo la sociedad de la información y las telecomunicaciones;
cuyas necesidades son satisfechas de manera compleja, basadas en el
dinero y otros intercambios. Debido a que la naturaleza otorga bienes
escasos y tenemos necesidades ilimitadas, se busca administrarlos
para asegurar que la mayoría pueda acceder a ellos. Sabemos que el
crecimiento poblacional, así como la escasez de los bienes nos ha
llevado a usar nuevas técnicas como la biotecnología y los viajes
para satisfacer nuestras necesidades. De esta manera la economía ha
evolucionado y a su vez sus objetivos. La ciencia económica ha
madurado junto con la estructura social, y la variabilidad de las
necesidades, los objetivos de la economía han cambiado
paulatinamente a lo largo de la historia. Por ejemplo la economía
griega y romana incluía la administración de la hacienda y los
esclavos en la Edad Media aspiraban a darle lo justo a cada hombre y
en el Renacimiento a la búsqueda de la riqueza.
Al día de hoy, aún
cuando la búsqueda de la riqueza sigue siendo un objetivo
fundamental, ha surge la preocupación de volver a la economía más
humana y no sólo hablar de riqueza sin considerar la calidad de
vida de la gente, surgiendo una rama conocida como economía del
bienestar. Nuevas ciencias auxiliares se han añadido al pensamiento
económico como la psicología, la física, el derecho y la ética.
Si seguimos analizando cómo funciona la economía tendríamos que
añadir el desarrollo sustentable y la preocupación de seguir
creciendo pero considerando al ambiente.
BONOS DE CARBONO
Por Aquilino Vázquez García Coordinador de la Comisión de Derecho Ambiental del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México
Bonos de carbono es el nombre genérico con el que se denomina a una serie de instrumentos económicos y de mercado, creados para reducir las emisiones de emisiones de gases de invernadero. Entre estos instrumentos están los certificados de reducciones de emisiones (CER). Los CER son otorgados, mediante el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) por los países generadores de gases de invernadero, incluidos en el Anexo I del Protocolo de Kioto, a países indexados en el Anexo II, para el desarrollo de proyectos de reducción de emisiones. A través de este mecanismo, los países del Anexo I obtienen certificados de reducción de emisiones por un monto equivalente a la cantidad de gases de invernadero que el proyecto dejó de generar.
¿Cómo son comercializados los certificados de reducción de emisiones?
La forma en la que los CER son comercializados, es mediante países del Anexo I o sus empresas, que financian proyectos de reducción de emisiones en los países del Anexo II, para reducir el volumen de emisión de dióxido de carbono (medido en toneladas equivalentes tCO2e) generado en su proceso industrial. Otros países acuden a Bolsas de Clima, en las que ya están los proyectos desarrollados y donde se venden a quienes necesiten reducir sus impactos ambientales. Por ejemplo, si una compañía emite 1 millón de tCO2e, puede neutralizar sus emisiones protegiendo un
bosque que absorba ese millón de tCO2e, o financiar el desarrollo de energías limpias y eficientes de países o empresas en países en vías de desarrollo, con una reducción equivalente al millón de tCO2e emitidas.
Actualmente, la Chicago Climate Exchange (CCX) es un escenario voluntario en el que se pueden negociar emisiones. Empezó en 2006 con 127 clientes interesados en reducir sus emisiones a niveles inferiores a los de 2002, y terminó el año con 237 empresas. Algunas de las empresas que figuran dentro de la cartera de CCX son Ford, Dupont, Kodak, Motorola, Sony, Bayer, IBM e Intel, las cuales hacen evidente el tamaño y potencial del mercado de los bonos de carbono.
En 2006 se negociaron 10.2 millones de tCO2e, lo que significó un incremento del 700% con respecto al año anterior, e ingresos para los vendedores de proyectos de US $38.1 millones. El precio tuvo un comportamiento igualmente positivo, empezando 2006 en US $1.73 por tonelada, aumentando a un promedio de US $4.20 a finales de año. La dinámica es la de una bolsa de valores tradicional, en la que oferentes y demandantes (privados y públicos) coinciden en un escenario para intercambiar un bien o servicio, sólo que en este caso son permisos de emisión. Para 2010, se negociaron 400 millones de tCO2e en el mercado voluntario, que equivaldrían a entre de US $4,000 y US
$ 5,000 millones, sin contar los US $16,000 millones que llegarían a Latinoamérica como apoyo financiero a proyectos de desarrollo sostenible.
Para México el mercado de bonos de carbono se ha expandido y desde 2008 ocupa el 4° lugar mundial, con una participación del 3%. Dos ejemplos de inversionistas de bonos de carbono en México es el Estado de California, donde se crearon en forma independiente al MDL, los bonos de carbono “Climate Reserve Tonnes” (CRT’s), y se firmaron acuerdos con varios Estados de la frontera mexicana para desarrollar métodos y protocolo de certificación. California mantiene en México 32 proyectos con un volumen estimado de 6´713,353 tCO2e y hay una cartera de proyectos estimada en 67´439,665 tCO2e. Alemania, mediante el MDL, planea comprar a la agroindustria tequilera 1.4 millones de bonos de carbono.
La presencia en el mercado de agentes independientes no debe subestimarse, ya que actualmente manejan volúmenes de tCO2e que pueden superar los alcanzados por el MDL, por lo que su intervención puede ser decisiva para cumplir las metas del Protocolo de Kioto. Finalmente, los bonos actualmente transitan por una etapa de diversificación que provocará que en un futuro próximo, sean una opción accesible para mayor número de empresas.
Bonos de carbono es el nombre genérico con el que se denomina a una serie de instrumentos económicos y de mercado, creados para reducir las emisiones de emisiones de gases de invernadero. Entre estos instrumentos están los certificados de reducciones de emisiones (CER). Los CER son otorgados, mediante el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) por los países generadores de gases de invernadero, incluidos en el Anexo I del Protocolo de Kioto, a países indexados en el Anexo II, para el desarrollo de proyectos de reducción de emisiones. A través de este mecanismo, los países del Anexo I obtienen certificados de reducción de emisiones por un monto equivalente a la cantidad de gases de invernadero que el proyecto dejó de generar.
¿Cómo son comercializados los certificados de reducción de emisiones?
La forma en la que los CER son comercializados, es mediante países del Anexo I o sus empresas, que financian proyectos de reducción de emisiones en los países del Anexo II, para reducir el volumen de emisión de dióxido de carbono (medido en toneladas equivalentes tCO2e) generado en su proceso industrial. Otros países acuden a Bolsas de Clima, en las que ya están los proyectos desarrollados y donde se venden a quienes necesiten reducir sus impactos ambientales. Por ejemplo, si una compañía emite 1 millón de tCO2e, puede neutralizar sus emisiones protegiendo un
bosque que absorba ese millón de tCO2e, o financiar el desarrollo de energías limpias y eficientes de países o empresas en países en vías de desarrollo, con una reducción equivalente al millón de tCO2e emitidas.
Actualmente, la Chicago Climate Exchange (CCX) es un escenario voluntario en el que se pueden negociar emisiones. Empezó en 2006 con 127 clientes interesados en reducir sus emisiones a niveles inferiores a los de 2002, y terminó el año con 237 empresas. Algunas de las empresas que figuran dentro de la cartera de CCX son Ford, Dupont, Kodak, Motorola, Sony, Bayer, IBM e Intel, las cuales hacen evidente el tamaño y potencial del mercado de los bonos de carbono.
En 2006 se negociaron 10.2 millones de tCO2e, lo que significó un incremento del 700% con respecto al año anterior, e ingresos para los vendedores de proyectos de US $38.1 millones. El precio tuvo un comportamiento igualmente positivo, empezando 2006 en US $1.73 por tonelada, aumentando a un promedio de US $4.20 a finales de año. La dinámica es la de una bolsa de valores tradicional, en la que oferentes y demandantes (privados y públicos) coinciden en un escenario para intercambiar un bien o servicio, sólo que en este caso son permisos de emisión. Para 2010, se negociaron 400 millones de tCO2e en el mercado voluntario, que equivaldrían a entre de US $4,000 y US
$ 5,000 millones, sin contar los US $16,000 millones que llegarían a Latinoamérica como apoyo financiero a proyectos de desarrollo sostenible.
Para México el mercado de bonos de carbono se ha expandido y desde 2008 ocupa el 4° lugar mundial, con una participación del 3%. Dos ejemplos de inversionistas de bonos de carbono en México es el Estado de California, donde se crearon en forma independiente al MDL, los bonos de carbono “Climate Reserve Tonnes” (CRT’s), y se firmaron acuerdos con varios Estados de la frontera mexicana para desarrollar métodos y protocolo de certificación. California mantiene en México 32 proyectos con un volumen estimado de 6´713,353 tCO2e y hay una cartera de proyectos estimada en 67´439,665 tCO2e. Alemania, mediante el MDL, planea comprar a la agroindustria tequilera 1.4 millones de bonos de carbono.
La presencia en el mercado de agentes independientes no debe subestimarse, ya que actualmente manejan volúmenes de tCO2e que pueden superar los alcanzados por el MDL, por lo que su intervención puede ser decisiva para cumplir las metas del Protocolo de Kioto. Finalmente, los bonos actualmente transitan por una etapa de diversificación que provocará que en un futuro próximo, sean una opción accesible para mayor número de empresas.
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